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Uno podría decir que aparecieron como por arte de magia. De un momento a otro, el auditorio principal de Colombia 4.0 se llenó de 'Potterheads' que no dudaron en recibir con vivas y aplausos a Andreas Theodorou, director de arte en Jam Studio, la casa matriz de Harry Potter: Hogwarts Mystery, el videojuego del joven mago más vendido en la historia.

La conferencia estuvo enfocada en los diferentes desafíos que enfrentó el estudio, con él a la cabeza, para desarrollar el videojuego. Entre ellos estuvo que en 2016, cuando empezaron este proyecto, su experiencia era en animaciones y comerciales, pero nunca habían hecho algo parecido a lo que se proponían ahora.

Así lo narró Andreas: "tuvimos cerca de año y medio para desarrollar el juego, lo que nos generó un sinfín de desafíos. Por ejemplo, al principio lo íbamos a diseñar en 2D, pero luego pensé que era Harry Potter, tenía que ser una experiencia cinematográfica, que implicaba llevarlo a 3D. Convencí al resto del equipo de hacerlo así, lo que aumentó los retos".

Uno de estos fue que la compañía no tenía un editor de juegos, algo que solucionaron trabajando en los programas que conocían e incentivando a su gente a desarrollar habilidades que no tenían. Así, poco a poco, fueron expandiendo los límites de los programas, y haciendo crecer a las personas. Tuvieron que aprender de desarrollo de facciones faciales, de profundidad, de iluminación, entre muchos otros temas, para generar un videojuego único, como lo han reconocido miles de fans en todo el mundo.

El animador aprovechó su espacio en Colombia 4.0 para contar algo de su experiencia personal. Nacido en Chipre, cuando joven nunca se imaginó saliendo de la pequeña isla y, mucho menos, terminar "haciendo magia" en los videojuegos. Con dedicación, trabajo y determinación, fue forjando un camino que lo llevó hasta Hogwarts, la escuela donde Harry, Hermione y Ron aprenden hechizos.

Para incentivar a los fanáticos de la saga y a los animadores que se congregaron para aprender de él, Andreas les dejó tres enseñanzas: "Hagan cosas que no saben hacer, esto los llevará a aprendizajes permanentes. Lo segundo es que está bien reinventar la rueda: que algo funcione bien, no quiere decir que no pueda mejorarse, o que se le pueda dar otra utilidad. Finalmente, hay que crear una gran red de relaciones. Yo salí de Chipre y logré estudiar diseño de videojuegos gracias a contactos, y Harry Potter: Hogwarts Mystery no sería lo que es sin el equipo que logramos crear, y que me respaldó en todo momento", concluyó.