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Violencia digital de género, historias reales y lecciones contundentes

mujer frente al computador con las manos en la cara en señal de angustia
Publicado: 14 de julio de 2022
  • Uno de los objetivos del programa Por TIC Mujer es formar en la prevención de los riesgos en Internet, para conocer más inscríbete a los cursos y participa en los talleres.
  • Hacer de Internet un lugar seguro es un compromiso de todos, tener habilidades digitales para el uso con sentido de la red es posible gracias a los programas del Ministerio TIC.

"Amiga revisa tu Facebook, alguien está escribiendo mensajes muy feos en tu muro". Esas fueron las palabras con las que Rocío Camargo inició su día, las mismas que se convertirían en un mensaje constante durante tres largos años.

La historia que la llevó a este punto, había comenzado unos meses atrás cuando decidió iniciar una relación sentimental con un hombre que le aseguró era soltero y sin compromisos, porque hacía poco tiempo había terminado una relación; le presentó a sus familiares, amigos, y la involucró en su vida.

Sin embargo, este hombre tenía un ramillete de mujeres con las que salía y definitivamente no había terminado la relación con su pareja, una mujer que por celos, rabia y dolor, empezó a acosar a Rocío. Tomó las fotos de su Facebook y creó alrededor de ocho perfiles falsos, consiguió su número telefónico y la llamaba de día y de noche para insultarla y amenazarla.

Esta es una historia por la que pasan muchas personas a las que la vida se les convierte en una pesadilla por el asedio que sufren en las redes sociales y en el entorno digital, y es que, aunque el auge de Internet, la posibilidad de acceder a equipos móviles y las redes sociales, han propiciado el avance de la sociedad y el acceso a oportunidades educativas, laborales, empresariales y de globalización, también se han vuelto en un espacio en donde reina el anonimato que da la oportunidad para expresar opiniones sin filtro y, escondidos detrás de una pantalla, acosar, amenazar y destruir.

A este fenómeno se le llama violencia digital y consiste en utilizar medios como correo electrónico, aplicaciones de mensajería, redes sociales, videojuegos, aplicaciones de citas y en general, los espacios en los que se puedan publicar contenidos, como foros, blogs, páginas web, etc., para hostigar, violentar, amenazar, insultar, irrespetar la privacidad, suplantar la identidad y difundir información falsa para socavar el buen nombre, entre otras acciones.

Los entornos digitales favorecen este tipo de prácticas porque esconden la identidad de las personas, quienes encuentran en el anonimato la oportunidad de realizar actos como el ciberacoso o cyberbullying; sexting que es la difusión de imágenes o videos con contenido íntimo que son compartidas sin consentimiento; sextorsión o chantaje con la amenaza de publicar contenido audiovisual o información personal de carácter sexual; violencia de pareja, que se expresa con control por medio de llamadas, correos, mensajes o el acceso a cuentas personales para espiar y monitorear toda actividad en línea.

En Colombia este tipo de actividades están tipificadas como delito y han crecido en incidencia. De acuerdo con datos del Centro Cibernético Policial, en 2021 se recibieron 62 denuncias por casos de sextorsión, 325 por ciberacoso, 676 por injuria o calumnia a través de redes sociales y 972 denuncias por amenaza a través de redes sociales.

Cuando este tipo de violencias se ejercen sobre mujeres se llama violencia digital de género. Según ONU Mujeres, "la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo. Se producen muchos casos cada día en todos los rincones del planeta. Este tipo de violencia tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo, al impedirles participar plenamente y en pie de igualdad en la sociedad.

Las condiciones que ha creado la pandemia -confinamientos, restricciones a la movilidad, mayor aislamiento, estrés e incertidumbre económica- han provocado un incremento alarmante de la violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado y han expuesto todavía más a las mujeres y las niñas a otras formas de violencia, desde el matrimonio infantil hasta el acoso sexual en línea."

Colombia, por supuesto, no es ajena a la violencia de género en todas sus tipologías. Según datos presentados por el observatorio de feminicidios en Colombia, en 2021 se produjeron 622 feminicidios; entre 2019 y 2022, de acuerdo con datos de SIEDCO, se denunciaron 82.873 casos de violencia sexual y 275.218 por violencia intrafamiliar. Esto sin contar los casos que no son denunciados.

Además de este tipo de violencias, el panorama se traslada al mundo digital en donde las tecnologías de la información y las comunicaciones y su penetración en todos los estamentos de la sociedad han aumentado la violencia de género digital definido por la ONU como "cualquier acto de violencia cometido usando las TIC contra una mujer por el hecho de serlo".

En el caso de Rocío, su victimaria fue una mujer, un fenómeno que no es ajeno porque existe una competencia, rivalidad femenina que termina en una lucha de poderes, bien sea por "amor" o por temas laborales, entre otros factores. En 2010, Kelly Valen escribió un libro llamado "Twisted Sisterhood: Unraveling the Dark Legacy of Female Friendships" (Hermandad distorsionada) en el que aborda este tema y expone que el 84% de las encuestadas manifestó haber sufrido por culpa de otra mujer.

Pero también es un tema en donde los hombres expresan su machismo y comportamiento patriarcal hacia las mujeres con la propagación de información falsa, crítica a su libre desarrollo, imposición de conductas para que encaje dentro de los estándares, sexualización de la mujer y comportamiento que aparentemente son aceptados por la sociedad pero que no corresponden al correcto actuar de una sociedad libre e igualitaria.

Para Rocío, enfrentar el ataque a través de las redes sociales, los mensajes de texto y las llamadas telefónicas se convirtió en un tema muy duro de afrontar, su caso inició en 2016 mientras vivía en una zona apartada de Colombia en donde difícilmente tenía acceso a Internet, hacer seguimiento a los perfiles falsos que crearon para difamar su nombre se convirtió en una labor imposible y aunque denunció su caso ante la Policía, no pudieron ayudarla de manera efectiva porque según le dijeron "no tenían las herramientas para hacer seguimiento e identificar al atacante". Y aunque la Policía no pudo ayudarla a encontrar al autor o autora del ciberacoso, sí la aconsejó sobre la manera en la que debía responder las llamadas amenazantes.

"Me recomendaron que cada vez que me llamaran, le dijera a la persona que yo entendía que estaba herida, pero que lo que le estaban diciendo no era cierto, que se diera cuenta quién era la persona que siempre le había mentido", afirma Rocío.

Este tipo de ataques generan un gran impacto psicológico y trastornan la vida de las personas; en palabras de Rocío "te hacen sentir vulnerable, amenazada, con mucho miedo y sin la capacidad de actuar para frenar el avance de los ataques. En mi caso, la persona me agredía en todas las áreas, usando las fotos que tenía en Internet, por ejemplo, en las que aparecía desarrollando mis actividades laborales con niños, les puso etiquetas en las que decía "Tengan cuidado con sus hijos", en las fotos familiares escribía que era la peor hija y hermana del mundo y, en temas afectivos, que era una prostituta y demás calificativos que se usan para degradar a una mujer, además contactó a mis amigos y familiares para difamarme".

Aunque en el caso de Rocío no hubo un castigo o se pudo identificar al ciberagresor, otra fue la historia de Rubiela Oviedo, una mujer quien al revisar el celular de su esposo, encontró imágenes y videos sexuales que le había enviado una señora con la que él estaba saliendo. Rubiela, en medio del dolor y la rabia, decidió exponer en sus redes sociales estas imágenes, etiquetando a la mujer, un delito que se conoce como sexting. El tema llegó a los estrados judiciales y Rubiela, para evitar ir a la cárcel, tuvo que pagar una alta suma de dinero para indemnizar a esta mujer por los daños causados.

Otro tipo de sanción tuvo que enfrentar José Medina, quien fue amonestado en su empresa luego de que se descubriera el acoso al que tenía sometida a su compañera de trabajo, Marcela, porque no le agradaba que hubiera entrado a ocupar un cargo superior, entonces se dedicó a divulgar, a través de la intranet y el chat interno, memes y mensajes que vulneraban la imagen de su compañera. Su actuar contagió al equipo del área a la que pertenecía, a tal punto que todos rechazaban a Marcela, generando un mal ambiente laboral.

¿Qué dice la ley frente a los ciberdelitos?

Alejandro Mario Gutiérrez Pomárico, abogado de la Universidad Externado de Colombia, manifiesta que "Colombia tiene un déficit, que tienen muchas legislaciones en el mundo, porque la ley va más atrasada que la ciencia y la tecnología. Los avances en materia tecnológica nos han llevado a una situación en donde tenemos una vida digital más desarrollada que la vida física. La pandemia nos llevó a que todo lo que hacemos tiene que digitalizarse y avanzar en materia de legislación. Al paso que lo hacen las TIC no es posible, debido a los trámites que deben surtir este tipo de procesos. Sin embargo, la labor legislativa es suplida por labor de la jurisprudencia, que son los precedentes que sientan las altas cortes, sobre todo la Corte Constitucional, como órgano de cierre, por ejemplo, en casos de delitos acoso, pornografía infantil, grooming, sexting, sextorsión, que aunque se hayan cometido por medios digitales, se han podido tipificar dentro de las conductas punibles, supliendo así el vacío legal que existe, porque a la fecha lo único que hay es la Ley 1273 de 2009 en la cual se crearon varios delitos informáticos, que son diferentes a la realización de conductas punibles o de tipo penal de violencia digital de género".

En el caso concreto de la violencia de género existen iniciativas para legislar al respecto sin que alguna haya dado fruto aún, aunque, en el año 2021 la Cámara de Representantes aprobó en primer debate un proyecto de ley que pretende tipificar el delito de violencia sexual cibernética e incluirlo en el Código Penal con sanciones que van entre los 5 a 8 años de cárcel, pena que podría ser mayor si el delito es cometido en contra de una mujer.

Frente al tipo de castigo que puede enfrentar una persona que, usando las tecnologías de la información y las comunicaciones, suplante identidades, realice ciberacoso, divulgue imágenes con contenido sexual sin el consentimiento de la contraparte, y demás acciones asociadas con la violencia digital, Gutiérrez es categórico en afirmar que "se expone a las mismas penas de una persona que lo hace sin usar estas vías de difusión, el cometer una conducta por Internet es igual que cometerlo en el mundo real, por decirlo de alguna manera, tienen las mismas penas, los mismos medios probatorios, la única diferencia que existe hoy en día, es que no hay un delito específico para las conductas que se realizan por vía Internet.

Esto hace que en algunos casos como el de injuria o calumnia, los límites no estén muy claros frente a qué comentarios, qué actos, que tipos de juicios sociales que se realizan a través de redes sociales son válidos o vulneran, porque no existe un tercero, en este caso, un juez que pueda determinar o dirimir esa situación, sino que el juez ahí es la sociedad. Eso es lo que buscan las leyes: fijar los límites morales y éticos para saber hasta qué punto realizar una publicación hace parte del libre desarrollo de la personalidad o libre expresión, o puede llegar a ser injuria o calumnia."

Qué hacer frente a la violencia digital de género

Como lo hemos visto, la violencia digital de género es un tema que tiene muchas aristas y genera temor, rechazo, depresión, vergüenza, expone al escarnio y al juicio social, por eso, saber actuar frente a estos casos es muy importante. Para eso te dejamos algunos consejos prácticos:

  1. No responder violencia con violencia, esto solo aumentará el problema.
  2. Busca ayuda, aislarse no es la solución.
  3. Aléjate, toma distancia de la situación que te está causando daño.
  4. Denuncia, utiliza los medios que la Policía Nacional, la Fiscalía y demás autoridades competentes, tienen para tal fin.
  5. Afirma tu identidad, reconoce tus fortalezas, no aceptes las agresiones como si fueran verdad.

Acciones preventivas en redes sociales:

  1. Usa los protocolos de seguridad que tienen las redes sociales.
  2. No dejes que tu perfil y la información que compartes, sean públicos.
  3. No aceptes la amistad de personas que no conoces o que son amigos de alguien en tu red de contactos.
  4. Cuida tu privacidad, no compartas datos personales.
  5. Infórmate participa de los cursos de Por TIC Mujer, Llegamos con TIC y En TIC Confío + del Ministerio TIC.

Para superar un proceso de violencia, la psicóloga Jimena Grillo recomienda alejarse de todas las fuentes de violencia, para poder iniciar con los procesos de perdón y reparación. Aunque el perdón es una decisión, siempre debe partir del conocimiento y de la verdad, aun cuando en el tema digital generalmente no se da, porque las víctimas son agredidas por anónimos.

"El proceso de reparación, necesario para continuar con la vida, en el caso de que no haya un victimario identificado que reconozca su error y pida perdón, lo debe realizar la persona que ha sido objeto de violencia, identificando lo que necesita para volver a sentirse bien, para no sentir más miedo, para volver a empoderarse de sí misma, esto se da mediante un autoanálisis, porque solo la persona afectada sabe qué necesita para la reparación", concluye Jimena.

Hacer frente a los peligros de Internet es un reto que solo se puede asumir haciendo uso responsable de esta herramienta, entendiendo que cada acción genera una reacción que puede ser positiva o negativa, con la que se puede construir o destruir. Aprendamos a usar responsablemente la libertad de expresión, utilicemos Internet con sentido y ética.

* Los nombres de los protagonistas de las historias fueron cambiados para proteger su identidad.

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