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El Gobierno Nacional fijó las reglas para la operación de estaciones repetidoras del servicio de radioaficionado, atendiendo a la facultad legal que tiene de autorizar a las asociaciones del sector dedicadas a esta actividad en las bandas de frecuencias atribuidas.

El Decreto 622 del 2 de mayo de 2020, que modifica el Decreto 1078 de 2015, armoniza el contenido de las normas vigentes con las competencias de los municipios con el propósito de garantizar la autonomía territorial, teniendo en cuenta que la competencia para autorizar la instalación de antenas es de las autoridades locales, mientras que la operación y funcionamiento le compete al ejecutivo nacional.

Con este decreto se fijan reglas claras para la autorización, modificación y encadenamiento de estas estaciones que se encuentran en todo el territorio nacional, operadas sin ánimo de lucro por ciudadanos interesados en la materia y que aportan, además, a fomentar el estudio, la instrucción, la investigación y la radio experimentación de las comunicaciones a nivel aficionado, como objetivo principal de las asociaciones de radioaficionados.

Es importante recordar que una de las funciones de los radioaficionados es la de suplir comunicaciones a la sociedad en caso de emergencias masivas. En caso de sismo u otro desastre catastrófico, las centrales telefónicas se desactivan por seguridad, y el país queda incomunicado con la región afectada.

Las estaciones de radioaficionados no se ven afectadas por estos apagones al ser independientes de la red telefónica, y por lo tanto representan un canal vital para comunicarse con el sitio del desastre. Gracias a estaciones de radioaficionados se han coordinado la entrega de medicamentos, ayuda y rescate en casos de terremoto, inundación, huracanes e incluso acciones de defensa a la soberanía del país.

Consulte el Decreto 622 del 2 de mayo de 2020.